Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, por eso debemos dedicarle el tiempo necesario a la elección de la cama que mejor se adapte a nosotros y a nuestro cuerpo. Aunque la forma en la que dormimos es muy personal y depende de los gustos y necesidades de cada uno, lo que si tenemos en común es que un sueño profundo y reparador es el ideal para lograr un descanso completo del cuerpo.
En esta guía vamos a mostraros los diferentes tipos de cama que existen actualmente y sus principales ventajas y desventajas para que así puedas elegir la que mejor se adapte a ti.
En primer lugar, tendremos que diferenciar los 2 elementos principales que componen la cama: el colchón y el somier o canapé.
Podemos clasificar los colchones en 3 grandes grupos diferentes: muelles, látex y viscoelástico. Aunque hoy en día existen una gran variedad de colchones que combinan distintos materiales pudiendo dar como resultado combinaciones entre distintos tipos, por ejemplo, el colchón viscolátex –combina látex y viscoelástica–.
Es el más famoso y utilizado. Su interior esta compuesto por una carcasa de muelles de alambre y recubierta con fibras para protegerla. Encima de la carcasa se colocan las tapas con planchas de espuma o de látex que son las encargadas de proporcionarnos la comodidad ideal mientras dormimos.
La forma en la que están colocados los muelles será fundamental para que se adapte mejor al peso de las diferentes partes de nuestro cuerpo y la altura de la carcasa y el grosor de las planchas de espuma hará que el colchón sea más rígido o más blando.
Los colchones de muelles de última generación son muy resistentes y su comodidad está garantizada durante muchos años. Si quieres que duren más tiempo no te olvides de ir girando y volteando el colchón con cierta frecuencia.
Está compuesto por un bloque de látex envuelto en una funda acolchada. Este material se adapta mejor al cuerpo que los colchones de muelles y son ideales para somieres articulados.
La calidad del colchón dependerá del tipo de látex utilizado: natural, sintético o una mezcla de ambos.
El látex natural es de mayor calidad pero hay que airearlo con mucha frecuencia para que no se cree moho y además el colchón es muy pesado. Si utilizamos un colchón que combine ambos tipos de látex conseguiremos tener un colchón de calidad, duradero, más ligero y menos propenso a desarrollar moho.
Está formado por material viscoelástico (poliuretano flexible) de gran adaptabilidad y de firmeza media. Los colchones de espuma viscoelástica están compuestos de varias planchas con diferentes densidades y grosores.
La ventaja de este colchón es que la espuma se puede fabricar en distintas densidades y por lo tanto tenemos una gran gama de colchones donde elegir el que mejor se adapte a nuestro cuerpo. Lo ideal es elegir un colchón de dureza media ya que si es muy blando tendremos dolores de espalda y si es muy duro perderá las propiedades de adaptabilidad y comodidad tan famosas de este tipo de colchones.
Colchón fino de unos 5cm de grosor que se coloca directamente sobre el tatami o sobre un somier o canapé normalmente más bajo que los tradicionales. Es importante recogerlo y ventilarlo cada día.
Es un colchón fino que se pone sobre el colchón o futón para protegerlo y mejorar la comodidad. Es una buena opción si hace tiempo que no renovamos el colchón ya que nos aportará el extra de comodidad que ha perdido el colchón con su uso y desgaste.
La base donde colocar el colchón puede variar: somier de láminas, canapé, base tapizada y las modernas bases de palets y de madera. Aunque cada vez existen más bases, las más utilizadas son los somieres de láminas de madera y los canapés.
Consiste en un bastidor metálico o de madera sobre el que se colocan transversalmente una serie de láminas principalmente de madera o de fibra de vidrio. En las tamaños de matrimonio, el bastidor dispone de un larguero central para proporcionarle más firmeza.
La firmeza del somier también dependerá del número y anchura de láminas de que disponga. A mayor número y grosor mayor firmeza y viceversa.
Es idéntico al somier de láminas pero tiene la parte superior y, a veces, la inferior móvil de modo que se puede ajustar a un número de posiciones diferentes.
Está compuesto por una superficie lisa rígida o en los modelos actuales por una base de somier de láminas que se asienta sobre una estructura metálica y tiene un faldón lateral de madera. Gracias al faldón lateral se crea el espacio de almacenaje tan característico y funcional de los canapés.
Para elegir la cama que mejor se adapte a nuestras necesidades debemos tener en cuenta que para obtener el descanso óptimo mientras dormimos es necesario no interrumpir la fase REM del sueño (sueño profundo).
Para ello, los especialistas recomiendan que el colchón no sea ni muy duro ni muy blando. También debemos controlar que la presión que ejerce la cama sobre nuestro cuerpo no sea tan alta como para hacernos cambiar de postura con mucha frecuencia provocando microdespertares que nos harán salir de la fase de sueño profundo.